“Cuando el football era Fútbol”

El final de los años cuarenta y principios de los años cincuenta fue una de esas épocas que se puede catalogar como “gloriosa” en todos los sentidos para el deporte rey. Se construyeron grandes templos del fútbol, alguno de los cuales, está siendo remodelado en la actualidad. Se llenaban los campos con delanteras de cinco jugadores que hacían las delicias de los espectadores que deseaban que llegase el domingo por la tarde, para ver en acción a las grandes estrellas de la época.

Y además, se da la circunstancia, de que el fútbol era accesible en todos los sentidos. Los grandes jugadores internacionales, algunos de los cuales habían jugado el Mundial de Brasil ´50, no tenían inconveniente en charlar con los aficionados, firmar autógrafos o desplazarse a villas y pueblos adyacentes para reforzar a los equipos locales, en la disputa de algún amistoso o partidos de homenaje.

En aquellos tiempos uno de los equipos que no tenía inconveniente en ceder a sus jugadores –incluidos los internacionales-, fue el Real Oviedo C.F. En viajes nada cómodos ni cortos, por la carretera de La Espina, se desplazaban jugadores de la talla de Emilín, Herrerita o Antón, y no tenían ningún inconveniente en vestir la camisola del Luarca Sport Club.

La Veigona se llenaba a reventar, el Luarca tenía la oportunidad de disfrutar de grandes figuras del balompié en sus filas, y la tarde resultaba perfecta. Bien es cierto que los grandes equipos asturianos y muchos otros de la 1ª división han venido por nuestro campo durante decenas de veranos, gracias a la Familia Losada, a jugar el Torneo que llevaba su nombre, pero los futbolistas han ganado en glamour y han pasado a ocupar un lugar de relevancia, que les hace apartarse de algunos momentos que para ellos resultan demasiado incómodos.

No es menos cierto que hoy los equipos jamás permitirían que ninguno de sus jugadores reforzase a un club de menor categoría, excepto en situaciones de urgencia o extremadamente puntuales, pero se echa en falta un poco más de cercanía en un deporte que significa tanto para miles de aficionados y jóvenes generaciones.

Quedan para el recuerdo estas magníficas instantáneas de cuando los grandes del fútbol asturiano y español, reforzaban al Luarca Sport Club. Herrerita, gijonés de nacimiento, y que es el máximo artillero de la historia del Real Oviedo y que fue seis veces internacional absoluto; Antón que siempre jugaba con gorra o Emilín, que recibía el apodo del “catedrático del fútbol”. Tres superclases que jugaban al lado de los ídolos locales, formando unas alineaciones que han quedado para siempre en la historia del club de La Veigona, cuando el football era Fútbol, con mayúsculas.

En la alineación, de pie, de izquierda a derecha: Emilín, Chuchi, Patallo, Ricardín, Chucho, Arias Trincón, Mora y Finito. Agachados: Oliveros, Antón, Herrerita, David y Aurelio “Pechuán”.

Por Cipri Fdz Fdz