Cabanas, el Futbolista Total

Una vez comentaba un portero internacional -del cual no les voy a facilitar el nombre- que se le plantó un delantero totalmente solo, y que salió del área para tapar el hueco, aunque aquel le sorprendió con una espléndida vaselina que parecía absolutamente imparable. El portero se dio la vuelta –cabizbajo y apesadumbrado- para ir a recoger el balón del fondo de las mallas, cuando vio llegar a su compañero (el delantero centro), que de forma increíble y al borde de la línea de gol, salvó un tanto cantado para los rivales. No le bastó con eso, sino que siguió dominando el esférico y regateó a todos los que le venían al paso, hasta plantarse delante del guardameta rival y marcar un tanto para su equipo.

Eso en palabras mayores se le llama “jugador de equipo” o “futbolista total”, un término importado que llegó a nuestro fútbol, y que servía (y sirve) para denominar a ese deportista único. El que siempre está dispuesto para realizar cualquier tarea en el campo, incluso aquellas que pueden parecer ajenas a la demarcación o puesto que ocupa.

Uno de esos futbolistas totales fue Pepe Cabanas. Hijo de futbolista (Juan Fernando, jugador del Barcia), Cabanas es uno de los mitos del fútbol asturiano, y uno de los más grandes que ha vestido la camiseta de cuatro históricos equipos (Barcia C.F., C.D. Oturense, Luarca C.F. y Andés C.F.).

Como me “chivó” recientemente: “mis comienzos fueron como delantero centro, bajé a medio campo y acabé de líbero o central. Donde yo me sentía cómodo era de mediocentro, aunque ya te digo, jugué de todo menos de portero”.

Con su increíble físico y sus portentosas cualidades, Cabanas llegó a jugar de interior izquierda y de extremo derecho. Todo un comodín –especialmente en la época de Sánchez como entrenador-, en el que Pepe siempre tenía un hueco en el once inicial. Porque cumplía en todas las posiciones, porque lo daba todo en el campo, porque tenía gol o los salvaba, pero sobre todo porque era ese futbolista total, del que todos los entrenadores a lo largo de una temporada, ven con buenos ojos tirar, cuando la cuesta se pone empinada.

El currículum de José Fernando García Fernández Cabanas nos dejó un crisol irrepetible de tardes de gloria, con nueve temporadas en La Veigona. Y también que sigue siendo un hombre de fútbol, que lo respira por los cuatro costados, y al que le encanta entablar una buena conversación con un balón de por medio.

Para que se den cuenta de lo que les hablo, solo les ofrezco un dato absolutamente concluyente, con el número de equipos a los que ha entrenado: Luarca C.F., Barcia C.F., Real Tapia, C.D. Oturense, Andés C.F., Boal C.F., La Caridad, Salas, Tineo C.F., Ribadeo C.F. y Suroccidente.

Sus dos hijos también siguieron sus pasos, dejando tres generaciones al servicio del fútbol. Uno de ellos jugó en las categorías inferiores del Luarca y en el Oturense, a las órdenes de su padre. Y el benjamín perteneció a las categorías del Valdés, al Barcia C.F. y ahora se ha enrolado en La Caridad.

Uno de los más grandes de nuestra historia, integrante en ocasiones de aquella defensa formada por Garrandés, Valdés, Cachi, Cabanas y Tono. Con Cabanas de defensa, de centrocampista o de delantero centro, da igual.

Cabanas, el futbolista total. ¡Gracias Pepe!

Por Cipri Fdez Fdez.