Ramón Fernández, impulsor de Luarca y su deporte.

El amor de tantos y tantos luarqueses por la villa y su concejo, por su historia, sus costumbres o su deporte, ha servido para salvaguardar a nuestros equipos, y para que a través de sus aportaciones económicas y su publicidad, muchos de ellos hayan subsistido a través del tiempo.

Ese es el caso de Ramón Fernández, uno de esos hombres que comenzó de la nada, y que puede presumir de “haberse hecho así mismo”, con todo el orgullo y la satisfacción del mundo. Ramón empezó a hacer pólizas de seguros en Luarca de manera individual en el desaparecido Bar Caracas de la Avenida de Galicia, a través de entrevistas personales, intentando ganar clientes de forma “artesanal” hasta ser uno de los empresarios que más ha crecido en todos estos años. Su visión comercial, su trato cercano y el conocimiento del producto, le situaron en la vanguardia en aquellos años (la década entre los 70 y 80) en los que Luarca aún bullía, y seguía estando en la cresta de la ola.

Ramón siempre encontró una ventana para abrir sus puertas y la de sus negocios, apoyando y de qué manera al ciclismo, al fútbol y a todos aquellos proyectos que tuviesen que ver con el deporte y con la cultura. Un empresario con visión más allá de su propio negocio, que sabía que para ganar un duro había que arriesgar y abrir muchas más puertas que la suya, para acabar recibiendo y tener una buena y fiel cartera de clientes.

Fue uno de los sponsors de aquella extraordinaria segunda etapa del Club Ciclista Luarqués, que arrancó en el año 1974 con Villalaín, Puly, Lolo Melo, Tino Caroyas, y tantos y tantos aficionados a la bicicleta. Aquellos maillots rojos del CCL llevaban la publicidad de su empresa, que durante años fue uno de los mayores impulsores de las numerosas pruebas organizadas por aquel histórico conjunto, en todas y cada una de las fiestas que se celebraban en el concejo. Cada verbena o fiesta patronal de los pueblos (Otur, Barcia, Almuña, Villapedre, Moanes, Fontoria, etc), contaba con una carrera los sábados por la tarde, incluso con el resurgimiento de la carrera de la Subida al Faro, organizada a finales de los años setenta por el inolvidable Paquito el Taxista.

Aunque Ramón no solo apoyó al ciclismo, también estuvo en todos aquellos trofeos “Ramón Fdez Seguros” de los años ochenta, justo en aquellas celebraciones del 75 aniversario del club de La Veigona. El deporte luarqués le debe mucho a Ramón, que con ese espíritu abierto y esas ansias de patrocinar y ayudar a tantos eventos, le ha situado como uno de esos mecenas que posibilitó la práctica deportiva a muchos jóvenes del concejo.

Su amor por la tierra y la cultura le llevó a fundar y abrir uno de los mejores museos etnográficos que he tenido el placer de visitar. El Museo Rural Etnográfico de Luarca en su casa natal de San Martín, una auténtica maravilla que recrea todo nuestro pasado (preservando la historia de Asturias), y del que tanto Ramón como su mujer Celia, han convertido en una cita ineludible para ampliar nuestra oferta cultural. Un museo en una casa espectacular de 1800 con su hórreo del siglo XVIII.

Ramón siempre involucrado con su empresa, con la cultura y la promoción de Luarca y su concejo, con la política y el deporte, con el Hospital, con la Banda La Lira de Luarca, etc… es un ejemplo de persona comprometida, y agradecido con todo lo que le ha otorgado esta vida, y lo ha situado siempre en vanguardia. Gracias por todo, Ramón.

Por Cipri Fdez Fdez